Hoy quiero hablar sobre un tema muy importante que a menudo genera cierta confusión: la Vitamina D. Vamos a desentrañar este complejo tema de manera clara y concisa.
¿De dónde obtenemos la vitamina D?
La vitamina D, o más bien, la hormona que nuestro cuerpo produce a partir de la luz solar, puede obtenerse de tres fuentes principales:
- La piel: Es la fuente más importante. Al exponernos a la luz solar UVB, nuestro cuerpo produce vitamina D. La cantidad producida depende de diversos factores como la hora del día, la estación del año, la latitud, el tono de piel y el uso de protector solar.
- La alimentación: Aunque en menor medida, podemos obtener vitamina D a través de ciertos alimentos como pescados grasos (salmón, atún), yema de huevo, hígado y algunos productos lácteos fortificados.
- Suplementos: Cuando la producción y la ingesta de vitamina D son insuficientes, se pueden tomar suplementos.
¿Qué porcentaje viene de la alimentación y cuál del sol?
Es difícil establecer un porcentaje exacto, ya que varía mucho de persona a persona y depende de diversos factores. Sin embargo, se estima que la mayor parte de la vitamina D que obtenemos proviene de la síntesis cutánea (es decir, de la piel expuesta al sol).
¿Es cierto que la vitamina D no es una vitamina sino una hormona?
¡Absolutamente cierto! La vitamina D es, en realidad, una prohormona. Nuestro cuerpo la convierte en una hormona activa que desempeña numerosas funciones en el organismo.
Funciones de la vitamina D:
- Salud ósea: Ayuda a absorber el calcio y el fósforo, fundamentales para mantener los huesos fuertes y prevenir enfermedades como la osteoporosis.
- Sistema inmunológico: Desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmunológico y puede ayudar a prevenir infecciones.
- Salud muscular: Contribuye a la función muscular y puede reducir el riesgo de caídas en personas mayores.
- Otras funciones: Se ha relacionado con la prevención de diversas enfermedades, como enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.
Síntomas de deficiencia de vitamina D:
- Debilidad muscular
- Dolor óseo
- Fatiga
- Depresión
- Mayor susceptibilidad a infecciones
Vitamina D y mujeres a partir de los 40:
Las mujeres a partir de los 40 años son especialmente vulnerables a la deficiencia de vitamina D, debido a cambios hormonales y a una menor exposición al sol. La osteoporosis es un problema común en este grupo de edad, y la vitamina D juega un papel crucial en la prevención y el tratamiento de esta enfermedad.
Alimentos ricos en vitamina D:
- Pescados grasos: Salmón, atún, caballa, sardinas
- Hígado de vacuno
- Yema de huevo
- Leche, yogur y cereales fortificados
- Setas
Suplementos de vitamina D: ¿Sí o no?
La necesidad de tomar suplementos de vitamina D depende de diversos factores, como la edad, la latitud, el tono de piel, la dieta y la exposición al sol. Es recomendable consultar a un médico para determinar si se necesita suplementación.
¿Compensa el riesgo de exponerse al sol para producir vitamina D?
Este es un dilema complejo. Por un lado, la exposición solar es necesaria para producir vitamina D, pero por otro lado, una exposición excesiva puede aumentar el riesgo de cáncer de piel, machas y otras afecciones.
Recomendaciones:
- Exposición solar moderada: Se recomienda exponerse al sol de forma regular, pero sin quemarse.
- Protector solar: Utilizar siempre protector solar con un factor de protección adecuado.
- Alimentación equilibrada: Incluir alimentos ricos en vitamina D en la dieta.
- Suplementos (si es necesario): Consultar a un médico para determinar si se necesitan suplementos.
En conclusión:
La vitamina D es esencial para nuestra salud, pero es importante encontrar un equilibrio entre la exposición al sol y la protección de la piel. Una alimentación saludable, una exposición solar moderada y, en algunos casos, suplementos pueden ayudar a mantener los niveles adecuados de vitamina D en el organismo.
¿Te gustaría profundizar en algún aspecto específico de la vitamina D? ¡Déjamelo saber!
Gema Ruiz de Azua
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